Los Dres. José Fernández-Piqueras y María Villa-Morales, investigadores de la U749 CIBERER en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-UAM), han coordinado un estudio en el que proponen que los niveles de la proteína FADD y su estatus de fosforilación puedan servir como biomarcadores pronóstico en los linfomas linfoblásticos de células T (T-LBL). De confirmarse esta relación en humanos, se podría establecer un mejor pronóstico de los pacientes y así contribuir a desarrollar nuevas estrategias terapéuticas.
Los linfomas linfoblásticos de células T (T-LBL) son cánceres hematológicos agresivos con una genética molecular incompleta. Su tratamiento se basa en los protocolos para la leucemia linfoblástica de células T (T-ALL), pero su estratificación no es fácil de extrapolar desde estas. La identificación de marcadores de pronóstico serviría para mejorar esta estratificación.
FADD es una proteína adaptadora con función canónica en la apoptosis inducida por receptores de muerte. Sin embargo, su forma fosforilada parece estar implicada en funciones no apoptóticas. Se ha observado una reducción de FADD en varios tipos tumorales, indicando que la expresión de la proteína FADD podría usarse como factor pronóstico. La fosforilación de FADD se ha estudiado en numerosos tumores sólidos, sin embargo existen datos muy limitados en cánceres hematológicos humanos. La hipótesis de este estudio, publicado en Oncotarget, es que las alteraciones en los niveles de FADD y en su fosforilación serían procesos implicados en el T-LBL.
Según los resultados de esta investigación, las células tumorales presentan una reducción en la cantidad de FADD disponible en su citoplasma, y en relación a ello, estas células presentan menor apoptosis. Además, se ha observado una reducción de la forma fosforilada de FADD (S191-P-FADD) en el núcleo de las células tumorales, y en paralelo, la disminución de dos quinasas y el aumento de una fosfatasa implicadas en este proceso en las mismas muestras.
Los autores del estudio proponen que los niveles de FADD y su estatus de fosforilación puedan servir de biomarcadores con valor pronóstico para la estratificación de los T-LBL. De hecho, han empleado estos criterios para estratificar la cohorte estudiada en dos sub-grupos de T-LBL, y han observado que presentan diferencias en la proliferación, en la presencia de blastos y en la agresividad tumoral (medida en términos de supervivencia e implicación de órganos extralinfáticos). De confirmarse en humanos, esto serviría para establecer un mejor pronóstico de los pacientes y así contribuir a desarrollar nuevas estrategias terapéuticas.
Según el modelo propuesto (figura de abajo), el balance resultante entre las capacidades apoptóticas y proliferativas dependientes de FADD en la célula tumoral definen la agresividad del tumor y por tanto el resultado clínico del mismo.
En la imagen: Modelo de la diferente agresividad de subgrupos de T-LBL.
(Obtenida de Marín-Rubio et al, Oncotarget 2016)
Artículo de referencia:
José L. Marín-Rubio, María C. de Arriba, María A. Cobos-Fernández, Laura González-Sánchez, Inmaculada Ors, José Fernández-Piqueras* and María Villa Morales*. Deregulated FADD expression and phosphorylation in T-cell lymphoblastic lymphoma. Oncotarget (2016) Aug 18. doi: 10.18632/oncotarget.11370.