El CIBEROBN y la Sociedad Europea de Hipertensión acaban de actualizar el documento de consenso europeo en el que se establecen las directrices para el manejo de la hipertensión en niños y adolescentes. Esta guía clínica, que alerta de la creciente incidencia de la hipertensión arterial en edades pediátricas, recomienda la medida de la presión arterial desde los tres años, volviendo a revisarla cada dos años en adolescentes y niños normotensos y cada año en pacientes que presenten niveles en el rango normal-alto. Los expertos han constatado la relación entre la presión arterial elevada durante la infancia y la adolescencia con una mayor probabilidad de sufrir hipertensión y enfermedades de tipo cardiovascular en la edad adulta, evidenciando la necesidad de mejorar las medidas de prevención.
El consenso, recientemente publicado en Journal of Hypertension, viene a actualizar la primera Guía de Diagnóstico, Evaluación y Tratamiento de la Hipertensión Arterial en Niños y Adolescentes, en cuya redacción en 2009 ya había participado el CIBEROBN a través de la coordinación de la Dra. Empar Lurbe, del Consorcio Hospital General Universitario de Valencia. El grupo de trabajo ha conjugado los datos científicos con la experiencia clínica a la hora de concretar y elaborar las directrices para el tratamiento de la hipertensión pediátrica. Este documento europeo de salud es fuente de consulta para los profesionales sanitarios que se enfrentan a la hipertensión arterial en personas jóvenes, recogiendo la información más relevante para la práctica diaria.
La guía incluye la definición y clasificación de la hipertensión arterial en estas edades, cuyas cifras de referencia varían en función del sexo, edad y talla. Por ello, ofrece las tablas con las cifras de referencia que marcan el rango normal, el normal-alto, y la hipertensión arterial de aplicación entre el año de edad y los 15 años, recomendando, a partir de los 16, seguir las cifras de referencia para el diagnóstico en adultos.
El documento de consenso recoge también medidas preventivas, pruebas, estrategias y enfoques terapéuticos en condiciones especiales, así como la detección de formas secundarias de hipertensión. “Las recomendaciones son de vital importancia en la lucha contra la creciente proliferación de enfermedades cardiovasculares en los adultos, estableciendo estrategias preventivas que permitirán combatir la hipertensión desde una edad temprana”, afirma la doctora Lurbe.
En este sentido, el documento insta a llevar a cabo un esfuerzo conjunto para mejorar la detección y el tratamiento de la presión arterial elevada entre los niños y los adolescentes, con el desarrollo de programas de prevención en todos los países europeos en los que, además de los profesionales sanitarios, estén también implicadas las familias y los educadores.
La guía europea sobre la hipertensión arterial en niños y adolescentes responde, entre otras, a la necesidad de establecer recomendaciones ante la proliferación de enfermedades, hasta ahora asociadas a la edad adulta, en pacientes cada vez más jóvenes. La hipertensión arterial es una de ellas, considerada uno de los problemas de la salud pública en países desarrollados. Una auténtica epidemia que afecta, en la actualidad, a cerca de mil millones de personas a nivel mundial. Su fácil detección y sus graves complicaciones, si no se trata a tiempo, hacen imprescindible atajar su aparición desde la infancia. De no ser tratada o controlada altera la estructura y función de los denominados órganos diana entre los que se encuentran el corazón, los riñones, las arterias periféricas y el sistema nervioso central principalmente.
La prevalencia de la hipertensión arterial en edades pediátricas a nivel mundial es difícil de determinar por las diferencias entre los distintos países. La obesidad es uno de los factores que contribuye a su desarrollo, junto con la historia familiar de hipertensión, incrementando su incidencia con la edad. Por ello desde el CIBEROBN se recomienda fomentar las acciones preventivas para disminuir la hipertensión arterial, aumentando la actividad física aeróbica, manteniendo constante un peso normal, reduciendo el consumo de sodio, consumiendo una dieta rica en frutas, vegetales y lácteos bajos en grasa.
Desde el Consorcio se hace también hincapié en la constatación de que más del 80% de los jóvenes obesos continuarán siéndolo de por vida, lo que implica una tendencia creciente hacia la sociedad obesa. La concienciación será clave en la prevención de esta enfermedad que se incrementa por la falta de hábitos saludables. Por ello, desde CIBEROBN se insiste en la necesaria implicación de todos los agentes sociales (padres, educadores, instituciones, medios de comunicación…) para luchar contra la obesidad infantil. Sobre todo teniendo en cuenta que España presenta una de las cifras más alarmantes de Europa en lo concerniente a la obesidad infantil. Según los últimos datos de la Encuesta Nacional de Salud, el 27,8% de los menores de 2 a 17 años tienen sobrepeso, de los que el 9,6% son obesos.