El estudio, realizado por investigadores de la Unidad Mixta en Genómica y Salud de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (FISABIO) y el Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universitat de València (UV), así como del CIBERESP, en colaboración con investigadores de la cohorte INMA Valencia y de la Universidad de Copenhague,ha revelado una alta prevalencia de genes de resistencia a antibióticos betalactámicos y a la tetraciclina tanto en el meconio como en muestras fecales tempranas de bebés.
El intestino ha sido identificado como un importante reservorio de genes de resistencia a antibióticos que se pueden transferir a especies patógenas. Los resultados de este estudio indican que las resistencias a antibióticos presentes en la madre pueden transferirse al niño incluso antes del nacimiento, en el útero, así como a través del calostro, estableciéndose en el tracto digestivo del bebé.
“Es alarmante porque hemos identificado tanto en el meconio como en las muestras de heces de bebés de 1 semana de edad una prevalencia particularmente elevada del gen mecA, que se cifra en un 45%, seis veces mayor que la prevalencia detectada en las madres” destaca la Dra. Mª José Gosalbes, investigadora de la Unidad Mixta de Fisabio y la UV, así como del CIBERESP.
Los investigadores han analizado la presencia de resistencias a antibióticos en 20 muestras de meconios provenientes de bebés de la cohorte del proyecto INMA. En un 70% de ellos, se ha encontrado resistencia a antibióticos.
Asimismo, los científicos han estudiado una serie de muestras de heces de 13 parejas de madres e hijos, analizando muestras tanto de las madres antes del parto como del bebé a una semana del nacimiento. Además, para una de las parejas han podido estudiar también el calostro y el meconio, así como muestras fecales de la madre y del bebé a la semana, y en el mes 1, 3, 7 y 12.
“Tanto en el meconio como en el calostro hemos encontrado que se repiten algunas de las resistencias a antibióticos detectadas en la madre antes del parto, más adelante hemos comprobado que estas resistencias pueden desaparecer y aparecer otras nuevas”, resalta la Dra. Pilar Francino, jefa del Área de Genómica y Salud de la Fundación FISABIO.
“Todo ello es preocupante porque, por ejemplo, el gen mecA, que permite a las bacterias ser resistentes a los antibióticos betalactámicos, se encuentra en muy alta frecuencia en los meconios y en las heces de los bebés de una semana, creándose un reservorio al que pueden acceder patógenos como el Staphylococcus aureus”, resalta la Dra. Francino, también investigadora del CIBERESP y profesora adjunta de la Escuela de Ciencias Naturales de la Universidad de California.
El artículo, titulado "High frequencies of antibiotic resistance genes in infants' meconium and early fecal samples”, ha sido publicado en la revista Journal of Developmental Origins of Health and Disease.
Junto a la doctoras Gosalbes y Francino, también firman el artículo los investigadores de la Unidad Mixta en Genómica y Salud de FISABIO y la UV Yvonne Vallès y Nuria Jiménez-Hernández; los estudiantes P. Riva y S. Miravet-Verde; Sabrina Llop y Ferran Ballester, ambos de la Unidad Mixta en Epidemiología y Salud Ambiental de FISABIO, la UJI y la UV, así como del CIBERESP; Y. Agersó, del Instituto Nacional de los Alimentos de Dinamarca; y Cristina Balle, Soren J. Sørensen y L. E. de Vries, del Departamento de Biología, Sección de Microbiología, de la Universidad de Copenhague.
Sobre el Proyecto INMA y la cohorte de Valencia
INMA – Infancia y Medio Ambiente – es una red de investigación de grupos españoles, entre los que se encuentra el Área de Ambiente y Salud de FISABIO-Salud Pública, que tiene como objetivo el estudio del papel de los contaminantes ambientales más importantes en el aire, agua y en la dieta durante el embarazo e inicio de la vida, y sus efectos en el crecimiento y desarrollo infantil.
En octubre del año 2003 se llevó a cabo el estudio piloto para la creación de la cohorte INMA en Valencia. Se reclutaron 855 mujeres de la provincia de Valencia. Se ha realizado un seguimiento a los recién nacidos a lo largo de su infancia.