El análisis de la Macroencuesta Española de Violencia de Género 2011 apunta que el desempleo prolongado en el tiempo y la desigualdad salarial incrementan la vulnerabilidad de las mujeres a la violencia de pareja, según un estudio liderado por Belén Sanz, investigadora del CIBERESP. El trabajo ha sido realizado en colaboración con la Universidad de Alicante y la Universidad canadiense de Toronto.
Para la realización del estudio, las y los investigadores utilizaron la Macroencuesta, realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas en el marco de un convenio establecido con el actual Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, que incluía 7.898 mujeres mayores de 18 años.
El objetivo del estudio fue analizar la posible relación entre el desempleo y las desigualdades económicas de la zona de residencia y la violencia de pareja contra las mujeres. Los resultados obtenidos muestran cómo vivir en una zona con una alta tasa de paro masculina de larga duración y/o una elevada desigualdad salarial incrementa la probabilidad de que una mujer sufra violencia de pareja.
Concretamente se observó que las mujeres que viven en regiones donde existe una mayor desigualdad salarial entre sus habitantes tienen una probabilidad un 72% mayor de sufrir violencia de pareja que las que viven donde hay menor desigualdad. También se observó que las mujeres que viven en áreas donde la tasa de paro masculino de larga duración es mayor, tienen una probabilidad un 81% mayor de sufrir violencia de pareja que las mujeres que viven en regiones con una baja tasa de paro masculino de larga duración.
La autora principal del estudio, Belén Sanz, señala: “actualmente desconocemos por qué y cómo el desempleo masculino y la desigualdad salarial a nivel regional incrementan la probabilidad de que una mujer sufra violencia de pareja, aunque algunos estudios realizados previamente sugieren que vivir en un contexto con una tasa de desempleo alta incrementa la frustración y el estrés entre los hombres al percibir reducida su capacidad de encontrar trabajo y por tanto de cumplir su teórico rol social como cabeza de familia”.