Muchos estudios bien diseñados han mostrado que las bebidas refrescantes azucaradas (BRA) aumentan el riesgo de numerosas enfermedades crónicas, como la obesidad, la diabetes y la enfermedad cardiovascular. Algunas investigaciones también sugieren que estas bebidas aumentan el riesgo de algunos tipos de cáncer. Estos efectos se atribuyen a la ingesta de fructosa y de sacarosa, que se utilizan para endulzar estas bebidas.
A pesar de los datos existentes sobre los perjuicios de estas bebidas para la salud, en televisión es habitual ver anuncios en que su consumo se asocia con el deporte, la música, el disfrute de la amistad y de la vida.
Un indicador de salud ampliamente usado en investigación es la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS), que representa precisamente la percepción de bienestar que tiene cada persona sobre varias esferas de la vida, incluyendo las físicas, mentales y sociales. Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid, de la Universidad de Oviedo y del CIBERESP han estudiado por primera vez si el consumo de bebidas refrescantes con azúcar se asocia o no con una mejor calidad de vida relacionada con la salud.
A mayor consumo de BRA menor sensación de bienestar físico
Esta investigación se ha realizado con una muestra de 8.400 personas, representativas de la población española de 18 a 60 años de edad. Durante los años 2008-2010, los participantes en el estudio reportaron el consumo de bebidas refrescantes azucaradas, la calida de vida e información de otras muchas variables, incluyendo otros estilos de vida y la presencia de enfermedad.
Después de controlar el posible efecto de dichas variables, los investigadores encontraron que las personas que consumían uno o más vasos de estas bebidas al día tenían peor calida de vida relacionada con la salud física que las que consumían menos de una vaso a la semana. El efecto nocivo fue pequeño, pero resultó similar al de enfermedades como las alergias o la hipertensión arterial.
Los investigadores también estudiaron la relación entre el consumo de este tipo de bebidas en 2008-2010 y la calida de vida relacionada con la salud de las personas en el año 2012. En este tipo de análisis, llamado prospectivo, no se encontró asociación entre ambas variables. Los investigadores concluyen que, en contra de lo sugerido por la publicidad, no se han encontrado evidencias de que el consumo de bebidas azucaradas se asocie con mayor bienestar.
Como ilustra este trabajo, la ciencia también permite examinar la veracidad de muchos mensajes publicitarios. Reducir el consumo de refrescos con azúcar es una prioridad de salud pública en España, dada su elevada magnitud y perjuicios para la salud.